“Los detalles marcan la diferencia”
Seguir el curso del río Skell y descubrir Grantley Hall a la vuelta de un meandro es un recuerdo imborrable. En esta impresionante casa de campo de piedra de color miel se respira serenidad nada más entrar. En las habitaciones, se aprovecha el entorno de una manera majestuosa: la bañera de la suite real ofrece una vista al gran parque y a los hermosos jardines de la finca. ¿Hay algo mejor que las Yorkshire Dales parar dar un paseo bucólico? Entre colinas cubiertas de brezo, cada valle tiene encanto propio, con arroyos llenos de flores y muros de piedra seca. De vuelta a Grantley Hall, el elegante salón de té o el bar revestido de paneles de roble le esperan para pasar una agradable velada protegido del frío exterior.