Suelo tatami, puertas corredizas de papel, terrazas de madera... le damos la bienvenida a un auténtico Ryokan donde la tradición se perpetúa desde hace siete generaciones. La mayoría de las habitaciones dan a un lujoso jardín japonés en el que los inmensos pinos y la variedad de árboles y plantas resguardan las estatuas cubiertas de musgo y los estanques. La experiencia no estaría completa sin disfrutar del placer proporcionado por las aguas termales, rodeadas de un bosque de bambú, y la comida tradicional "kaiseki", cuyos pequeños platos derrochan delicadeza y permiten degustar el cangrejo Matsuba y la ternera Tajima.
Único en el mundo:
Suelo tatami, puertas corredizas de papel, terrazas de madera... le damos la bienvenida a un auténtico Ryokan.