Ravioli de bogavante, croustille de buey de mar, ternera y cordero lechal del Ponclet, filete de rodaballo... Estos platos refinados adquieren un sabor muy especial cuando se sirven casi con los pies en el agua, en el marco espectacular del Hôtel de la Plage. Separado de la orilla sólo por un murete de mampostería en seco, el restaurante panorámico se abre al océano y a una gran playa de arena fina. Desde su habitación podrá contemplar vistas similares, y sólo escuchará el dulce vaivén de las olas. Las familias alojadas en el hotel disfrutarán de una playa totalmente preparada para los niños, de las actividades acuáticas y los paseos por la bahía de Douarnenez y Finistère.
Único en el mundo:
Playa totalmente preparada para los niños.
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