“Un castillo que cobra vida conforme a los deseos particulares, como una gran casa familiar”
El Château de Fonscolombe, antiguamente residencia de una gran familia de humanistas provenzales, ha mantenido su espíritu. Sus salones, adornados con pieles genovesas y papel pintado chino, hacen eco aún de la vivacidad de su ingenio. El parque, con sus senderos y sus majestuosos árboles, es la herencia del botánico de la familia. El restaurante L'Orangerie ha sabido unirse al encanto elegante, rústico y provenzal de la finca. Agradables y tranquilos en invierno, sus "cuartos de verano" permanecen a la sombra del majestuoso ciprés calvo. El chef Quentin Durand insufla allí su creatividad y propone una cocina moderna con sabores provenzales originales en armonía con la riqueza del terruño.