En una zona extraordinariamente verde y salvaje de Pensilvania, entre Pittsburgh y Buffalo, el albergue de la familia Dorn se transmite de generación en generación. Construido en los años veinte, el establecimiento pertenece actualmente a J. Cliff Forrest, que se ocupa con celo de que el hotel conserve todo su encanto y autenticidad. Las fachadas de madera de secuoya del lodge principal y de los otros chalés se funden con la naturaleza deslumbrante que les rodea. En el bosque de abetos del Norte no es raro cruzarse con zorros, ciervos, osos o castores y además hay cinco kilómetros de ribera privada en el Fuller Brook para pescar con mosca, acompañado por excelentes guías.
Único en el mundo:
Siete kilómetros de ribera privada en el Fuller Brook para pescar con mosca, acompañado por excelentes guías.